EL MISTERIO DE SALEM'S LOT

 

«EL MISTERIO DE SALEM’S LOT»
Stephen King (1975)

«En los Estados Unidos, las personas desaparecidas son tan frecuentes como la tarta de manzana»

EL CASO DEL ESCRITOR COMERCIAL

Al escritor norteamericano Stephen King (Portland, Maine, 1947) no puede negársele popularidad y sus éxitos de ventas se cuentan por el número de libros que ha escrito. Sin embargo, hasta hace relativamente poco, la opinión que la crítica especializada ha venido sustentando sobre el autor era que siendo, ciertamente prometedor en sus comienzos, con ideas y maneras nada desdeñables, se había ido estancando, con el paso de los años, en esa zona muerta (parafraseando el título de una de sus obras) de las promesas que nunca alcanzan la madurez (que sus primeras obras parecían insinuar). Añadiendo, cada vez con más insistencia, el calificativo de escritor comercial. El éxito de ventas de todos y cada uno de sus libros, sus conexiones con el mundo del cine, la televisión y las historias gráficas, así como una copiosa producción, quizá estaban detrás de esa visión del autor.

Afortunadamente tal opinión está comenzando a cambiar y ya se habla de él como del Balzac estadounidense, se empieza a postular (aun tímidamente) su candidatura al Premio Nobel y se escriben cada vez más críticas favorables y sesudas sobre sus obras.

VIGENCIA FÍLMICA DEL VAMPIRO

Dado que parece ser que está a punto de estrenarse (2024) en HBO Max la última adaptación de EL MISTERIO DE SALEM’S LOT, segunda novela publicada de King (un homenaje indisimulado al Drácula de Bram Stoker), y digo parece, porque ha sufrido toda una serie de percances: en 2023 se anunció la adaptación de la obra por parte de New Line Cinema con guion y dirección de Gary Dauberman (que ya trabajó en las dos películas de IT dirigidas por Andy Muschietti) y con James Wan como productor. El rodaje comenzó en septiembre de 2021 y la película iba a estrenarse en cines en septiembre de 2022, pero se retrasó hasta abril del 2023, antes de ser retirado del calendario de lanzamiento de Warner Bros. Y ahora parece que puede estrenarse, como digo, no en los cines, sino en streaming. Sea como sea, parece oportuno revisar el referente literario original.

Hay que tener en cuenta que no es la primera vez que se adapta a la pantalla: cuatro años después de su publicación (en 1979) se produjo una miniserie dirigida por Tobe Hooper y protagonizada por David Soul (que acuñaría una versión realmente icónica del vampiro Barlow, pérfido antagonista de la novela); en 2004, se realizó un remake (aunque de menor éxito), otra miniserie protagonizada por Rob Lowe y Donald Sutherland; y, más recientemente, la trama de Salem's Lot se enlazó con la historia de la segunda temporada de CastleRock y, sobre todo, con Chapelwaite, series también inspiradas en las novelas de King.

CLASICISMO HASTA LA ÚLTIMA GOTA (de sangre)

Escrita entre octubre de 1972 y junio de 1975, se puede decir que es una novela que, sin ser perfecta, puesto que no resiste un análisis riguroso, tiene un encanto innegable y reúne las mejores cualidades de la narrativa del autor: la génesis de miedo en la infancia; la indagación sobre la tenue línea que separa la vida de la ficción; la escritura como insospechada fuente del terror (Misery constituye otro buen ejemplo); la recreación de lo cotidiano y rutinario en cuyo seno se engarza el terror… La novela contiene todo esto, y bastante más.

En su núcleo temático confluyen dos de los tópicos más comunes de las historias de terror: la casa encantada y el vampirismo, tratados aquí en su vertiente más clásica: la casa como núcleo maléfico generador del desastre y el vampiro como antagonista al que destruir. Su estructura, igualmente clásica, sigue un recorrido circular. Se abre con un breve prólogo en el que se nos presenta a los dos protagonistas: el escritor Ben Mears y el joven Mark Pierce, huyendo de los Estados Unidos y tratando de olvidar… hasta que deciden volver al centro del horror del que habían escapado. A partir de ahí, se abre un extenso flash-back (narración de hechos anteriores) dividido en tres partes, a través de las que vamos a saber de qué y por qué huyen, para finalizar con un epílogo, también breve, que deja abierta la puerta…

LA HISTORIA ES COMO SE CUENTA

Como otras obras de King, argumentalmente se centra en una traumática experiencia infantil: siendo niño, Ben entra en la casa de los Marsten, con objeto de pasar una prueba de iniciación para ser admitido en una pandilla. Lo que ve allí dentro no va a abandonar ya nunca sus pesadillas. Veinte años después, habiéndose convertido en un escritor de cierto éxito, vuelve a Jerusalem’s Lot (El solar de Jerusalem que da título al libro) para intentar racionalizar esos recuerdos. El pueblo es uno de tantos, tranquilo y aburrido, donde nunca pasa nada (a excepción de la tragedia ocurrida en la mansión de los Marsten, antes de que Ben entrase). Su regreso no deja de depararle ciertas sorpresas. Algunas agradables, como su encuentro con Susan Norton, de quien pronto se enamora. Otras, no tanto: al intentar alquilar la casa de los Marsten, con objeto de exorcizar sus fantasmas a través de la escritura, se encuentra con que ha sido vendida a un hombre misterioso, un perro aparece colgado de la verja del cementerio; desaparecen dos niños; luego… Eso no se puede contar, hay que leerlo.

LA VIDA EN LA AMÉRICA PROFUNDA

A destacar el capítulo tres de la Primera Parte, titulado El Solar, donde se recoge, a través de la actividad de diversos habitantes del pueblo a distintas horas del día (desde las 04:00 hasta las 23:59 horas), la historia cotidiana de un pueblo cualquiera, entreverando lo normal y prosaico con los excepcional y espeluznante. Pocas veces ha conseguido Stephen King un capítulo tan redondo como este. Sólo este capítulo justifica la lectura de la novela. Hay, desde luego, otros muchos hallazgos, como atribuir a una alergia la mítica aversión de los vampiros al ajo.

Como todos sabemos, el mejor chiste puede ser destrozado por un narrador incapaz y el más manido puede convertirse en todo un hallazgo en boca de un narrador idóneo (sea el bético Joaquín o Chiquito de la Calzada). Sin duda, Stephen King sabe contar y en sus manos materiales tan clásicos y consabidos se transforman en una narración con nervio, ritmo y mucho desasosiego. Novela, pues, que sorprende, invita a creer en lo increíble y, cómo no, nos asusta, consiguiendo que, cuando cerramos el libro, dejemos una luz encendida antes de dormirnos. Para quien no haya leído nada del autor, puede servir de inmejorable presentación y para quien ya le conozca, puede significar un agradable reencuentro.

Al fin y al cabo: «(…) ¿quién sabe lo que sucede en las casas, detrás de las cortinas corridas? La gente podría estar metida en su cama… o guardada en los armarios, como escobas,,, o en los sótanos… a la espera que se haga de noche. Y cada vez que el sol despunte, habrá menos gente en las calles».