«EL HALCÓN MALTÉS»
Dashiell Hammett (1930)
MESA DE COCINA
EL HALCÓN MALTÉS fue la novela que le sirvió a Dashiell Hammett (Maryland, 1894 - Nueva York, 1961) para
presentar en público a su personaje más popular, el
detective Sam Spade. Así mismo constituirá
la base del argumento de la película del mismo título, todo un clásico del cine
negro, dirigida por John Huston (sería su primera película como director) y
magistralmente protagonizada por Humphrey Bogart (quien, tal como veremos, nada tenía que ver
físicamente con el personaje literario).
La extendida proliferación de la novela negra durante el siglo pasado
y el presente suele relegar
y ocultar obras germinales sobre cuya base ha sido posible el desarrollo
y extensión de un género que, indudablemente, está en un momento de expansión y
desarrollo incuestionable. Precisamente por ello, parece oportuno ocuparse de
su autor y, de paso, comentar una obra tan sugerente como esta.
Hammett escribió
la novela en la mesa de la cocina de su casa, durante la que sería su
etapa más productiva como escritor, en la que finalizó de un tirón las obras
que le harían famoso y le convertirían en millonario: Poisonville, Cosecha
roja, La
maldición de los Dain, El gran golpe y La llave de cristal: su creación de Sam Spade constituyó un éxito arrollador, pues
significó la fama y su entrada en Hollywood.
LENGUAJE DEL HOMBRE CORRIENTE
El argumento de la novela que, según declaración
propia, debe mucho a Las alas de la paloma de Henry
James (autor a quien admiraba y del que había leído prácticamente todo), se
centra en las maquinaciones de un grupo de delincuentes que trata de apoderarse
de la valiosa estatuilla de un halcón, regalo de los Caballeros
de Malta (de ahí su nombre) al emperador Carlos V en 1530, y objeto, a lo largo de cuatro siglos, de
múltiples robos y desapariciones. Cuando la talla lega a la ciudad de San Francisco, Sam Spade se
encuentra, de repente, involucrado en una serie de acontecimientos que, al
menos en un principio, le sobrepasan.
Sólo su peculiar estilo
de trabajo, empleo de la violencia desnuda y la creación artificial
de situaciones límite, le permitirán ir arrojando luz en el creciente embrollo. El clima del
relato, enmarcado en un tórrido San Francisco, está dotado de una tensión
electrizante derivada de su estilo directo,
conciso y seco,
tan trepidante como la acción, cuajada de inesperados conflictos y potenciada,
como siempre en Hammett, por la perfección de los diálogos que, salpicados de ironía, muestran un lenguaje desprovisto de retórica y afectación, pues sus principios y
criterios literarios provienen de la época en que escribió libros sobre
publicidad y marketing: «las palabras que prefiere el hombre corriente son
las que permiten hablar sin pensar».
Como "conductista" convencido, profundiza en la realidad a través de
sus aspectos externos. Coherentemente, la
psicología de los personajes sólo se
muestra a través de su comportamiento, ya que, comprometido con la idea de no interferir
en la narración, en todas sus obras son los hechos los que determinan la realidad. Los sentimientos
nobles, la amistad o la conciencia ética se manifiestan a través del
comportamiento, con lo que supone de pudor y precisión artística.
UN
TIPO LLAMADO SAM SPADE
De ahí que la descripción de los personajes resulte notoriamente
significativa. Entre todas destaca, por supuesto, la del detective protagonista. Su mentalidad diabólica queda magistralmente
descrita en la frase que sirve de entradilla. A
través del grafismo de la "V", el autor detalla
su rostro: se dibuja una V en su mandíbula, en la boca y en las aletas de su
nariz ganchuda. Lo cual, unido a su característica básica, la movilidad de esos
rasgos faciales, conforman su aspecto: sonríe mucho, sin separar los labios
determinando que las uves de su cara se alarguen. Semejante descripción facial
se completa con unas cejas espesas sobre unos ojos gris-amarillentos. El
retrato se cierra dotándole de un cuerpo huesudo, musculoso, con anchos hombros
y una estatura superior al uno ochenta, todo lo cual produce una sensación casi
cómica. A ello hay que añadir su forma de tratar a
las mujeres, que, dentro de la línea machista más clásica del género, no trata con otro objetivo que el de llevarlas
a la cama lo más pronto posible: planteamiento para nada políticamente
correcto, que hoy sería furiosamente criticado y vilipendiado, olvidando que la
literatura y, dentro de ella, la novela negra pretende ser un espejo social y romper el espejo no
cambia la realidad.
Dicho todo ello, podemos
afirmar que, sin duda alguna, el personaje así caracterizado resulta completamente
distinto al actor que lo encarnó con mayor éxito, Humprey
Bogart. Situación, por otra parte, frecuente en Hollywood:
el caso más reciente ha sido la encarnación fílmica del Jack Reacher de Lee Child por parte de Tom Cruise, físicamente a años luz del personaje literario.
Junto a las
descripciones, destaca la forma de narrar, que aporta objetividad y falta de emoción propias de un informe policial (quizá sea este el principal legado de Hammett a la moderna novela negra). No obstante,
bajo la crudeza y el sarcasmo superficiales, su maestría narrativa consigue
hacer aflorar toda la complejidad y ambigüedad de las motivaciones y caracteres
humanos.
LEGADO A LA NOVELA NEGRA
Un aliciente añadido, y
esa es otra de sus aportaciones a la novela negra, radica en que la investigación no constituye un juego intelectual
refinado (como en la obra de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, por ejemplo), sino como
una lucha en que la intuición prevalece sobre el análisis y la fuerza sobre la inteligencia. Con él la novela
policiaca dejó de consistir en la resolución de problemas mentales y se centró
en un mundo donde el crimen es fruto de una sociedad corrompida, injusta y regida por la ley del más
fuerte. Precisamente, ese fondo
de crítica y sátira social es el que le confiere su pujanza.
Novela, en fin, que
responde a esa opinión generalizada de que la narrativa de Dashiell Hammett, al tiempo que cumple todos los
requisitos del género negro y las condiciones óptimas para llegar al público
(al satisfacer esa necesidad tan humana del entretenimiento derivado de la
lectura de hazañas, aventuras y hechos extraordinarios), pertenece a la mejor tradición literaria del siglo XX, pues su apasionada trama detectivesca sirve también para la construcción
de personajes veraces y para dar testimonio del clima social de la época: absolutamente
recomendable pues está ejemplarmente construida y goza de un estilo chispeante
que facilita y agiliza la lectura de sus escasas doscientas cincuenta páginas.
NOTA BENE.
En memoria de Evángelos Odysséas Papathanassíou (Volos, 1943 - París, 2022), Vangelis, inolvidable miembro de «The Friends of Mr. Cairo».

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