martes, 17 de septiembre de 2024

CLAROSCURO

 

«CLAROSCURO»
Nella Larsen (1928)

«Seguridad. ¿Era únicamente una palabra? Y, si no lo era, ¿solo se conquistaba a cambio del sacrificio de cosas como el amor, la felicidad o algún éxtasis salvaje que ella nunca había experimentado? ¿Creer demasiado en una vida segura y estable, poner demasiado empeño en conservarla, incapacitan para otras cosas?»


LA TRAUMATRIZADA NELLIE WALKER

Nella Larsen. nombre tras el que se ocultaba la personalidad atormentada y enigmática de Nellie Walker, nació en Chicago el 13 de abril de 1891, de madre de origen danés y padre de color de origen antillano. Cuando tenía 6 años, su madre decidió volver a casarse, esta vez con un hombre blanco. El desprecio por la mestiza Nella fue implacable: no volvió a verla, la dejó internada en un colegio lejano, y luego (protegida por un tío blanco) logró entrar en una institución de enseñanza de negros para negros, de donde salió con excelentes calificaciones convertida en maestra.

Rechazada por su familia, asistió durante un tiempo a la universidad y en 1919 se trasladó a Nueva York, donde trabajó como enfermera y bibliotecaria. Ese mismo año se casó con Elmer Imes, profesor de la Universidad de Fisk y prestigioso científico, matrimonio que le proporcionó el reconocimiento social que ansiaba, además de la estabilidad económica.

A mediados los años veinte comenzó a publicar relatos. En 1928 apareció su primera novela, Quicksand, y en 1929, CLAROSCURO, una y otra muy bien acogidas por la crítica de la época. En ambas ahonda en el tema que más le angustió toda su vida: su trauma de infancia, pues nunca logró resolver el dolor del desprecio materno.

En 1930, año en que se la acusó de plagio y conoció la infidelidad de su marido, viajó a Europa gracias al dinero de la beca Guggenheim, la primera que se concedía a una mujer afroamericana.

Residió unos meses en Palma de Mallorca, donde fue testigo de la proclamación de la República. Al poco tiempo de regresar a Estados Unidos se divorció. El divorcio, el rechazo por parte de los editores de su tercera novela, los reveses económicos y la acusación de plagio (acusación de la que fue declarada inocente) la sumieron en la depresión e hicieron que abandonara los ambientes literarios. Dejó de escribir y volvió a trabajar de enfermera en el Hospital y Hogar Lincoln en el Bronx.

El 30 de marzo de 1964 se encontró su cadáver en su apartamento de Nueva York. Llevaba varios días muerta, víctima al parecer de un ataque al corazón, esta escritora considerada como una de las más aclamadas del Renacimiento de Harlem.

NOVELA DE PERSONAJES

Este tranquilo boceto de relaciones femeninas, muy en la línea de la obra intimista y de creación psicológica de personajes de Henry James, se sustenta sobre las dos protagonistas de la obra (junto a algunos personajes secundarios) que rellenan los huecos dramáticos de esta obra de cámara, que podría ser la proyección novelada de una obra de teatro de Tennessee Williams ante el dramatismo interior de los papeles protagonistas.

La novela se desarrolla en torno a cuatro personajes, dos femeninos y dos masculinos, aunque realmente se articula en torno a las dos mujeres mulatas, Irene Redfield y Clare Kendry, que vivieron en el mismo barrio en su niñez, y, ya adultas, se encuentran por casualidad y de ese encuentro fortuito surgirá el conflicto. El antagonismo entre ambas constituye el eje sobre el que se asienta la novela. La disparidad de sus caracteres, que en un principio parece reducirse cómo asume su raza cada una (Irene con orgullo, Clare como algo prescindible), irá acrecentándose a medida que Clare empiece a formar parte de la vida de su amiga, hasta llegar a una rivalidad absoluta y total.

Irene Redfield es una (tranquila y perfecta) ama de casa burguesa, fiel a sus orígenes, casada con un exitoso médico negro en un matrimonio ordenado y madre de dos hijos, consciente de su estatus, que, de vez en cuando, aprovechando el color de su piel (es mulata) se camufla para acceder al mundo de los blancos. Aunque no se oculta, parece desear algo de lo que Clare tiene, cerrando así un complejo círculo en el que una mira a la otra en una difícil relación entre ambas. Pero el personaje (esa ama de casa de clase acomodada) de las primeras páginas va virando para convertirse en una mujer insegura, decidida a defender a cualquier precio la vida que se ha esforzado en conseguir: tratará por todos los medios que sus ocupaciones de esposa, madre y anfitriona se mantengan estables, que su vida continue sin cambios, que no se perturbe su aparente estabilidad familiar. La timorata Irene acaba desvelándose como una mujer dispuesta a todo para defender su estilo de vida (aunque eso suponga luchar contra el deseo de su esposo de marcharse a ejercer la medicina a donde sus conocimientos puedan ser más necesarios).

En suma, Irene Redfield, por sus imprevistas decisiones, se constituye en motor de todos sus movimientos. Y es que, aunque ella se lo piense mucho y medite todas y cada una de las posibilidades de actuación hasta la extenuación, al final, su cualidad personalidad (de mujer herida) puede con todo (ética, educación, amistad, amor y raza).

Por su parte, Clare Kendry fue una niña pobre y falta de cariño que durante su infancia ere vecina de Irene y guarda un recuerdo agradecido de ella y sus padres, que siempre la ayudaron hasta que desapareció del barrio. Renegando de su origen, accede al mundo de los blancos de forma permanente al casarse con un hombre blanco de buena posición, al que oculta (así como al resto de su sociedad) su sangre negra, y que, pese a haber conseguido todo lo que se proponía (lujos, vida desahogada, privilegios) vive con un sentimiento de soledad (alejada de los suyos, de su raza) acentuado al reencontrarse con Irene. Clare permite, incluso secunda, comentarios racistas de su marido, y eso la convierte, hasta cierto punto, en traidora a su raza. Su vida no es satisfactoria, y aunque sigue añorando algunas de las cosas que dejó atrás, para ella familia e hijos no constituyen una prioridad (su visión sobre la maternidad es totalmente contraria a la de su amiga). Así, Clare, que se había presentado, desde la perspectiva de su amiga, como una mujer antojadiza, alguien que no se detiene a valorar los riesgos para obtener aquello que desea, acaba convirtiéndose en la víctima de la historia (sustanciando un mayor calado del que parecía al principio).

A través de su relación y las de sus familias, y de las reacciones que despiertan la una en la otra, se desarrolla la historia: Irene y Clare que se presentan, inicialmente, tan diferentes terminan pareciéndose mucho más de lo que ellas mismas reconocerían.

Los dos personajes masculinos, los correspondientes cónyuges, aparecen muy desdibujados y, en realidad, sirven de contrapunto a los femeninos, representando cada uno de ellos un contraste dialéctico a cada una de las protagonistas. Brian Redfield, el marido de Irene, médico de color, veterano de la Primera Guerra Mundial, deseoso de recomenzar la vida familiar en otro país multirracial (como Brasil), es buena persona, algo débil, se deja seducir por Clare, a quien había criticado y odiado antes de conocerla en persona. En este sentido representa la negritud cabal y deseosa de contribuir al bien general, sabiendo que en una sociedad racialmente radicalizada nunca podrá hacerlo plenamente.

Por su parte, John Bellew, marido de Clare, es un hombre rico de raza blanca y carácter racista y despiadado, que se muestra profundamente enamorado de su bella y enigmática esposa (para quien ese matrimonio ha supuesto la manera de huir de una vida de pobreza y marginalidad). Representa el cuerpo de esa sociedad cegada por el racismo, de forma que no ve personas en los miembros de otra raza, independientemente de sus valores y personalidad (ama a su esposa, pero odia a la negra que en realidad es).

 La ambigüedad que envuelve algunos pasajes de la novela, incluyendo el final, hace que sean los lectores los que le demos las interpretaciones que creamos oportunas, abriéndose al debate y a la reflexión

UNA TRAMA DESARTICULADA:

Novela de sentimientos desde su inicio, con la carta que recibe Irene, y de significados entre líneas que la convierten en una lectura totalmente adictiva. Sentimientos que incitan a escrutar entre líneas para intentar ahondar en la, aparentemente banal, historia.

La historia se sitúa a finales de los años veinte en Harlem y Chicago: en una sociedad como la que refleja en ella, donde la segregación racial estaba plenamente vigente.

En ese contexto, se inicia la trama cuando Irene recibe una carta de su amiga de la infancia, Clare, de la que hace bastantes años que no sabe nada. Y recuerda su encuentro, en una cafetería de moda en Chicago en los años veinte, reservada a blancos: su color les permite pasar por blancas, aunque Clare, a diferencia de Irene, lo oculta profundamente por el racismo extremo de su marido. En efecto, en una visita a Chicago Irene se encuentra en esa cafetería con Clare, a la que hacía años no veía. Su amiga, que después de desparecer contrajo matrimonio, ocultando su origen gracias a su piel clara, con un hombre rico de raza blanca y carácter racista, parece encantada con la idea de retomar el contacto, y eso produce en Irene sentimientos contradictorios: para Clare, ese matrimonio ha sido la manera de huir de una vida de pobreza y marginalidad, pero su reencuentro con Irene le hace desear volver a su comunidad, mientras que la relación supone un conflicto interno para Irene, mujer metódica, afanada en defender la seguridad de su vida burguesa.

Este encuentro será el primero de los tres que, en Nueva York y pocas semanas después, les conducirá a una desafortunada fiesta en la que, inesperadamente, se precipitará el desenlace.

La resolución final no viene anticipada, aunque hay indicios en Irene de una conducta que podría llegar a ser extrema, una amenaza directa: No sabes bien Rene de lo que puedo llegar a ser capaz, puedo herir a quien sea y quitarme de en medio cualquier obstáculo. Este final, absolutamente brillante, diferente a lo habitual, y con una fuerza que deja al lector sumido en la incertidumbre y el desasosiego, en un estado de clara oscuridad o de claridad oscura: quién lo ha hecho, cómo ha sucedido, es posible que una mujer como Clare tome una decisión así, ha sido algo fortuito o la intervención de alguien (una cosa es el deseo de algo, y otra cosa es actuar para lograrlo),  cómo pudo pasar algo así a la vista de todos los presentes… Sea como fuere, Clare desaparece abruptamente, tal como regresó y la (no tan sólida) vida de Irene, leal a la raza, pero calculadora y represora de la aspiración de cambio de su marido, se verá también sacudida.

La caracterización de los es femeninos determina que la novela, lejos de reducirse al mero alegato antirracista, se resulte una historia íntima, donde los personajes se esconden de sí mismos: la autora retrata muy bien los miedos ocultos y las motivaciones primitivas propias del ser humano en defender lo propio de las amenazas externas.

En suma, una historia que avanza en un torbellino de experiencias contadas de manera ágil, con gran poder de síntesis, e impúdica exposición de una convincente pareja: la unión del coraje y el miedo en la travesía existencial.

ESTRUCTURA DEL (DES)ENCUENTRO

Si a ello añadimos que, aunque la voz narradora en tercera persona (dotada de perspicacia psicológica para caracterizar a los personajes y sus acciones) es el punto de vista de Irene el que sustenta la trama y transmite su desazón constante, porque desde el primer encuentro y fascinación por su amiga, la asalta un temor tremendo. Una intuición de trágico desenlace en torno a esa persona divertida, encantadora, pero tan audaz en su comportamiento y su deseo de acercarse al mundo de Harlem en ausencia de su marido que odia a los negros… Irene teme que cuanto haga podrá volverse en contra de sus aspiraciones de estabilidad.

En este sentido, sin duda la influencia del inconsciente de Sigmund Freud en la cultura (negra estadounidense, en este caso) y la de Henry James, iniciador del punto de vista (aquí, el de Irene), en la narración son corrientes vertebrales de la novela.

Estructuralmente, esta breve novela (de sólo 150 páginas), de prosa cuidadosa y precisa, que recurriendo a largas frases descriptivas nos sitúa en un contexto y ambiente burgueses (pese a que sus protagonistas sean negros), se organiza en tres actos, a manera de una pieza teatral: El encuentro; El reencuentro; El final. Enfocada en la palabra y en las intervenciones de sus cuatro actores protagonistas.

Nella Larsen va trabajando cada faceta de la historia, con estilo reposado y sencillo, presentando de manera gradual el conflicto que acabará por enfrentar a las dos protagonistas: con cada elemento que incorpora la imagen de cada una de las mujeres se va completando, permitiendo una perspectiva cada vez más precisa.

El resultado es una novela de tono sobrio, trufada de complejidades y sutilezas, dejando que sea el lector quien realice sus propias interpretaciones de los diálogos y las situaciones que se presentan.

DE LA AMISTAD RETOMADA Y LA IDENTIDAD

En Claroscuro hay una voluntad de profundizar en la tragedia de ser apartado por el color de la piel: Acabo de publicar mi segunda novela, Passing. El tema es la angustia de los negros en este mundo de blancos intolerantes. Racismo de blancos hacia negros y también entre estos con un clasismo que va desde el delirio repulsivo hasta el vergonzante camino de perderse bajo la feroz mirada de unos y otros. Racismo como versión de un enfrentamiento clasista, de presunta superioridad versus inferioridad peligrosa.

Es evidente un cierto tema racial: plenamente integrados en el mundo cultural de la burguesía afroamericana de Harlem Brian e Irene tienen dos hijos. A él le alarman los linchamientos a negros sin juicio justo, mientras ella procura ocultar todos los desmanes a sus hijos, sobre todo al mayor al que, en el colegio, ya le han llamado «negrata de mierda», y hace todo lo posible por afirmar la estabilidad de su matrimonio y su familia.

No obstante, la historia va más allá de temas raciales, para adentrarse en las motivaciones humanas y lo que el ser humano está dispuesto a hacer para defender lo que considera suyo. De hecho, la raza es sólo el trasfondo (sin duda relevante) sobre el que se dibujan unos personajes (especialmente Irene) de sutil complejidad.

Pero, además del tema racial muestra la situación de la mujer en la sociedad de la época, la identidad, el mundo de las apariencias y el sentimiento de pertenencia. ¿Deseamos ser otra persona o, al menos, disimular quien realmente somos? ¿Se puede vivir bajo una máscara que diluya nuestro propio ser? La fuerza narrativa de esta escritora es tan vibrante que hoy, casi cien años después, se lee como si fuera actual.

Un modelo de literatura en el que los conflictos sociales de las mujeres se exponen con gran riqueza de matices, haciendo de las contradicciones y los sinsabores elementos vitales indispensables; pues en el fondo, habla de las reacciones de mujeres que tratan de sobrevivir en la jungla que, generalmente, ellas mismas crean. Se percibe la influencia de importantes autoras de finales del XIX (como Kate Chopian o Edith Wharton) con narrativas sobre la decisiva institución del matrimonio en la vida de la mujer. Solo que aquí se va más allá: se trata de la mujer, pero la de raza negra, con lo que el conflicto se incrementa.

El conflicto se dirime en varios ejes: los celos mutuos de dos amigas, un día, fraternales; inseguridades femeninas; lealtad a la raza (vínculo y cárcel); superioridad del magnetismo personal y sensual de una amiga sobre la otra; amenaza latente (de Clare) al estatus (de Irene); ambición e invasión vital (de una mujer ávida de reconquistar el contacto con la negritud abandonada) sirviéndose de las relaciones sociales (de su antigua amiga); las sospechas razonables o imaginarias de infidelidad conyugal; apuntes feministas sobre la maternidad (Yo creo que ser madre es lo más cruel de este mundo); perspectivas racistas (del ignorante marido de Clare)…

En palabras de Joyce Carol Oates: una obra digna de Henry James por su meticulosidad, y que trata de la furia asesina que puede provocar en una mujer el hecho de verse sobrepasada por otra.

Estas cuestiones desembocan en un solo concepto, la identidad, un tema ampliamente abordado en la literatura que, sin embargo, no lo ha sido tanto en su vertiente de reflexión sobre la identidad racial y la ocultación y el disimulo de ésta. La construcción de la identidad queda reflejada como una cuestión social, colectiva, de grupo, y no como el proceso individualista que se vende ahora con eslóganes tales como «busca en tu interior». Irene se resiste a retomar la amistad, viendo el peligro en cada paso que da su amiga, no solo el peligro de lo que podría ocurrir si el marido de Clare descubriera que es negra, también siente que su propia estabilidad familiar comienza a estar amenazada. Se mueve entre la lealtad a la raza y el deseo de librarse de lo que puede suponer el fin de una vida «perfecta» de apariencias.

ALGUNAS ANOTACIONES FINALES

La primera, respecto al metafórico título original (Passing), que puede ser traducido como "ocultación" o "pasar por una identidad racial a la que no se pertenece". Se utilizaba este término para referirse a una persona de una raza (en general de raza negra) que se hacía pasar por otra (generalmente raza blanca) para romper con la distancia social y no ser objeto de discriminación.

Siguiendo con el prólogo de Maribel Cruzado Soria, que resulta casi tan interesante como la propia novela, y tan necesario para entender la situación que vivían las personas dentro de la comunidad de color en esos años. Y, sobre todo, porque ayuda a conocer a la autora, dejando entrever los tintes autobiográficos de Nella Larsen subyacentes.

Finalmente, parece recomendable dejar la lectura del prólogo para el final, pues la información sobre la vida de la autora, tan falta de afectos y recursos, resulta patética y determinante en la comprensión del texto. No lo es, sin embargo, el hecho de la ocultación racial, que más vale no conocer de entrada.

ENRABIADOS

 

«ENRABIADOS»
Jorge Volpi
(2023)


«(…) explorar, a partir de historias distintas, el tema central de la ira, la rabia o la cólera, y expresarlo de distintas maneras. Me parecía una metáfora de nuestro tiempo. Es la sensación dominante en la política, en las redes sociales, en la familia, el ámbito profesional y el ámbito artístico.»

VOLPI, CUENTISTA

Páginas de Espuma, que ya había publicado Días de ira en 2011, publica ahora ENRABIADOS: libro de cuentos, no tan largos como los que publicara hace doce años, que se someten con mayor rigor a las convenciones del género. Lo que no falta es la veta siempre experimental del autor. Las motivaciones narrativas de Jorge Volpi (Ciudad de México, 10 de julio de 1968) suelen situarse en la realidad más desagradable.

En sus libros entras sin saber adónde te llevarán: organiza los elementos de una forma tremendamente orgánica, pero con una precisión en ese encaje de piezas que no se puede anticipar. Es, sin duda, lo más destacable de su obra. Sus libros son un inmenso aparato de lógica y sensibilidad moviéndose, encastrándose y llevándonos a su mundo (que magistralmente nos hace ver que es el nuestro). Aquí lo vuelve a hacer.

Este libro es un consumado muestrario de miserias, donde hay hermanos y amigos enemistados, frustraciones amorosas y gente que grita mucho, hay también mucha luz, que se presenta a través del uso impecable del lenguaje y un uso inteligente del humor. Logrado mosaico de nuestro tiempo de rabia, donde la ternura y la amabilidad tienen tan mala publicidad, es también el anticipo de lo que aguarda después de la rabia: la soledad, la desesperación, más rabia... Y quizá, por qué no, una invitación a pensar la vida de otra manera.

CUENTOS DE CUALIDAD

Si vamos al índice, vemos que el título de los primeros cuatro cuentos son sustantivos que denotan cualidad, pero no cualquier cualidad:

Irreversibilidad: lo que ya no puede corregirse.

Fatalidad: lo que resulta inesperado y terrible.

Sustentabilidad: lo que puede sostenerse gracias a la organización cuidadosa de los elementos que lo componen.

Transparencia: lo que es perfectamente visible, es decir, claro.

Atonalidad. lo que carece de tonalidad.

Este último, sin embargo, denota actitud, rompiendo esa homogénea geometría semántica que parecía sostener la idea del libro: una grieta en su armonía.

El libro termina con una declaración de principios (Poética) por parte del narrador, que es un personaje. El insinuante juego de entrada y salida metaliterarias que hace a lo largo de toda la obra, en este cuento se nota más, y es una forma perfecta de terminar un libro sorprendente desde el índice.

GÉNEROS ENTRECRUZADOS

Todo presentado con un variado entrecruce de géneros: Una de mis obsesiones ha sido siempre romper fronteras entre géneros, ha declarado en El Cultural. El cuento permite jugar con los géneros, romper las fronteras… En Enrabiados, hay cuentos que son monólogos, otros que son casi teatrales y otros que están en el límite de ser una novela. Me gusta imaginar que estas formas breves permiten un juego con la estructura más radical que lo que se puede hacer con una novela.

Pensar en la forma es importante en el cuento, pues, siendo un género cercano a la poesía, exige una gran atención desde el punto de vista estético (quizá por ello haya muchos menos grandes cuentistas que novelistas: Volpi es uno de ellos).

En fin, cuentos vinculados por los sentimientos más bajos que toman, a veces, formas casi imperceptibles no exentas de humor negro, que exploran manifestaciones de acritud, odio e ira, desde las más tradicionales a las más refinadas, de las más justificadas a las enteramente irracionales. Reflexión ética, crítica y sociológica desde la sátira: Además, todos estos cuentos son satíricos. (…). Me interesaba hacer cuentos satíricos donde se exacerban algunos puntos de nuestra sociedad, particularmente los que tienen que ver con esta sensación dominante de la rabia.

REDES Y ENCABRONAMIENTO

Analiza cómo las redes ejercen como suerte de encabronamiento, en un viaje sin fondo, un pulso para medir quién se enfurece más. Este mundo distópico donde todos hablan y nadie escucha, donde todas las voces (informadas o no, éticas o no, bienintencionadas o no) tienen el mismo peso, es el mismo mundo denso en que habitamos. En tres relatos aparece el pajarraco azul (Twitter), lugar virtual: Irreversibilidad, Sustentabilidad y Transparencia  

Deja, así mismo, al descubierto la desigualdad palpable entre los grandes poderes y fortunas que gestionan las redes sociales y el ciudadano de a pie que las utiliza. Esas redes donde sin distinción de nacionalidad, sexo, edad o ideología, descargamos nuestro veneno, nuestra santa rabia, con total impunidad, un sitio donde nos convertimos en caníbales… criaturas solitarias compitiendo unas contra otras, dedicadas a desgarrarnos mientras sus dueños esquilman nuestros datos, nuestros secretos y nuestras personalidades para venderlas al mejor postor.

Pone también sobre el tapete la caprichosa perversidad de la cultura de la cancelación capaz de destruir familias, reputaciones y carreras en cuestión de horas minutos, en una suerte de ciudad global sin ley y ajena a todo estado de derecho.

¿Por qué necesitamos exhibir nuestra intimidad? ¿Nos hace realmente felices o, al menos, contrarresta nuestras insatisfacciones? Porque el diseño de cada red social te marca para distintas cosas. Es terrible que Twitter, que es el centro de la burla y la sátira de buena parte de los cuentos, marque la discusión pública. Se premia la inmediatez y la falta de profundidad. Lo que se vuelve viral es siempre lo más violento, lo más exacerbado y lo más chabacano, donde el impulso es lo que domina. (…). Es el tipo de pensamiento que la arquitectura de la web te lleva a expresar, en el que se puede mezclar el insulto con las fotos de gatitos sin transición y en el que la rabia y la ira (eje temático del libro) tienen mucha presencia. De hecho, se han criticado las frecuentes alusiones a Twitter (sobre todo el post Elon Musk, de quien hay un epígrafe) como la red del pajarraco azul: ¿efecto buscado/conseguido?

Hay una rabia legítima la que nace contra la injusticia, la que es necesaria para cambiar la sociedad y otras inducidas por políticos o falsas, hay políticos que se inventan enemigos para que esos enemigos concentren la rabia de sus seguidores. Los opositores ya no solo son adversarios, sino que se convierten en alguien a quien hay que odiar. La rabia se instrumentaliza desde lo político; a las que se les añaden unas redes sociales cuya lógica de funcionamiento parece ser la de mover a esas emociones sin más. Y ya si están encerrado, eso se multiplica.

RELATO A RELATO

En fin, estamos ante un conjunto de relatos cerebrales, filosóficos, reflexivos, donde están presentes casi todos los pecados capitales y donde se desnuda la perversidad del poder, lo profundo de su alcance y de sus hilos enmarañados. Veámoslos.

IRREVERSIBILIDAD (32 páginas)

Al asistente (Narrador; Cristobal López López, Cris) de un científico gris (Armin Zorn-Hassan), cuya tesis de grado había versado sobre las formas de la rabia, se le encomienda que escriba una semblanza a modo de obituario para despedir a su maestro y mentor. ¿Cómo quiere usted que, en un obituario de seis mil caracteres, acomode tanta revoltura?

Inicia la labor seriamente, siguiendo las formas hechas de este tipo de textos, hasta que poco a poco se va irritando hasta componer una digresión sobre lo que de verdad le enerva: el hecho de que su mentor nunca lo haya tratado como un igual. Impulsado por el despecho y una aguda sensación de amargura y frustración va bosquejando un texto que está entre la carta de despedida y el diálogo (que siempre deseó, pero que nunca tuvo) de igual a igual con su maestro muerto.

Mientras mantiene esa conversación unilateral (y tendenciosa) va presentando los momentos más significativos de la vida del finado, deshilvanando esa relación desigual, sin obviar la irrupción en Twitter (gracias a él, que le introdujo en el uso de la red social) de su iracundo maestro, hasta arribar al irrevocable epitafio para el hombre que nunca le valoró (Pinche cabrón).

Un cuento cáustico, formalmente presentado como el fluir de la conciencia del narrador, a la vez que incorpora elementos de otros géneros, como el diálogo, las cartas y la biografía.

FATALIDAD (16 páginas)

Vuelco categórico: un cuento teatral que expone las confabulaciones en las relaciones familiares y las implicaciones de la educación en las personas. Los personajes, emparentados entre sí y cuyos nombres entroncan con la genealogía de la mitología griega, disputan en torno a la suerte y al destino: Yocasta (madre); Edipo (padre); Eteocles (hermano); Polinices (hermano del que hablan los tres anteriores); Antígona (hermana): Ismene (hermana): ajenas a todo, son mujeres; Creonte (tío)

Sófocles en modo culebrón méxicano. Volpi combina lo mejor de la tragedia griega con elementos cómicos y de humor negro, que realzan el sentido de la historia. El cuento remeda «una tragedia griega familiar en clave de telenovela» (Adriana Bertorelli en su reseña para La Lectura): Volpi recurre a la tragedia clásica: si los clásicos siguen funcionando es porque funcionan como metáfora del presente. Inmejorable para contar la destrucción de una familia (y su herencia).

SUSTENTABILIDAD (32 páginas en 14 capítulos)

Intriga política, en varios actos, sobre el poder detrás del poder, donde se evidencia cómo la fuerza de Twitter puede acabar con una carrera política: la verdad no importa, importa lo que crean quienes lo leen.

Volpi la considera una novela reducida a su mínima expresión, donde los personajes remiten a tanto a la actualidad como a series tipo Borgen: Markus Hinterman: matemático;que odia-ama a Eva, de quien será asesor; Eva Lundqvist: activista y ministr); Estela Glück: empresaria, amante de Eva); Alex Dausgaard: novelista marido de Eva,; FUCCA (Frente unido Conta la Corrupción ambiental) tras el que se oculta Markus;  Margit-Ann Jönsson: Primeraº ministra y jefa de Eva. Cómo se puede ver, un plantel de personajes de serie político-social.

TRANSPARENCIA (34 páginas)

Un linchamiento virtual colectivo escrito en tuits: cuento a golpe de trinos.

La Transparencia es uno de los invariables del relato en nuestros días (que además cuenta con muchos adeptos). Aquí la transparencia es el espejismo del que se revisten las redes sociales para dar cabida a una comunicación anónima, impune y sin filtros de ningún tipo.

El cuento que mejor expone el espíritu del libro. La forma en la que Volpi despliega una recopilación de trinos en Twitter para contar, a través de ellos, una historia resulta desasosegante. Quizá debido a la contundencia con la que consigue mostrar cómo la rabia, que anida en que tipean, se difunde tiñendo de rojo ese pequeño e inmenso habitáculo que es un muro virtual: gritos y más gritos. A favor o en contra.

¿Qué lugar puede tener en un mundo así la ternura, o incluso el diálogo? viene a plantearnos Volpi, con humor, pero con contundencia y un trabajo estético manifiesto. Sin dejar de hacernos reflexionar sobre cómo se pierde la perspectiva entre recetas de cocina (desopilante la quesadilla de uretra rebozada con salsa macha), fotos de gatitos, cápsulas de autoayuda, insultos, fototetas, endiosamientos, peregrinas preguntas prácticas y la inevitable dosis de lapidación diaria (con todo y la posterior resurrección: The show must go on).

Parece una conversación entre muchos, pero nadie escucha a nadie, y la sátira (que es el tono del libro) alcanza su máxima expresión.

Aunque se trata de una advertencia sobre los grades peligros de las redes (eso sí, con ironía y prodigiosa creatividad para acuñar insultos). Pero Volpi no cae en el pesimismo, deja ver que de la convulsión surgen los cambios: No todo está perdido.

ATONALIDAD (15 páginas)

El quinto cuento presenta en realidad cuatro historias distintas (Maestoso; Adagio Espressivo; Scherzo Crudele; Rondò: Allegro Barbaro)., todas ellas vinculadas a la música, concretamente sobre la relación obsesiva de unos músicos académicos con su instrumento y con su público, con distintas intensidades de amor-odio.

La rabia llega hasta la música, tal vez el caso más extraño, pues en vez de dirigirla contra otros, los protagonistas la dirigen contra sus instrumentos e incluso contra ellos mismos: En profesiones como esta (el deporte, el baile) en las que se aspira a la perfección y la entrega absoluta, no es tan raro que el protagonista acaba odiando el instrumento que toca. (¿Metáfora sobre la creación literaria?)

Por un lado, se presenta unas situaciones tremendas, de desesperación y rabia, de estos personajes, pero, por otra, cuentan con la música: todos se salvan, todos están tan apasionados por lo que interpretan o escuchan que pueden prescindir del resto del mundo para entregarse enteramente a esa pasión. Sufren, claro: Sus diminutos aciertos le proporcionaban un enorme placer, pero no se comparaban con la desilusión de sus derrotas. Sí, pero ese sufrimiento está aparejado al deseo de superación. Una tragedia que de fondo termina devolviéndoles a los personajes esa pasión primigenia, que nada tiene que ver con el mundo del espectáculo, brillante y ruidoso.

Cabe destacar que el cuarto de estos microrrelatos, Rondò: Allegro Barbaro. es escalofriante, una maravilla; y que contiene reminiscencias de Sonata, para flauta, oboe, cello y arpa, Op. 1, el primer libro de cuentos de Jorge Volpi.

POÉTICA (16 páginas)

Parodia de las fórmulas narrativas actuales: cuento escrito por su propio personaje, ofendido y ofensor, destruyendo al propio autor que lo escribió y reclamándole por sus muchas vidas ficticias. Cuenta mediante dos vías: (1) el personaje; (2); el libro (Enrabiados).

LA SOLITARIA PASIÓN DE JUDITH HEARNE

  « LA SOLITARIA PASIÓN DE JUDITH HEARNE » Brian Moore (1955) «Acercó los pies desnudos a la estufa de gas para calentárselos y se recost...